Suelta las imágenes y conecta con lo real

Esta foto la tomé en Perú en 2015 en la festividad del Carmen, cerca de Cuzco.

Un desfile precioso de máscaras, había diablos, hombres y mujeres, todos caminando con una música de marcha a lo largo del día. Todos con sus caretas.

Y me sugirió que este desfile no dista mucho lo que hacemos. Cómo nos enmascaramos y construimos imágenes sobre nosotros y los demás, y las utilizamos para relacionarnos con ellas.

Es decir, nos relacionamos con imágenes, desde nuestra propia imagen.

Como buenos actores y actrices escenificando una obra de teatro. ¿Dónde está la realidad?👁

Despertar conlleva la caída del velo, entender que el mundo creado por nuestra mente es sencillamente una proyección interior.

Nos resulta más fácil tratar nuestras proyecciones como si fueran la realidad y mantenernos en esa ilusión subjetiva. Pero entonces nos perdemos el contacto con la realidad, que es muchísimo más amplia que la ilusión.

En esa realidad hay un amor desbordante, el propósito, el alma, la trascendencia, los campos de energía, la inmortalidad del Ser, está el Universo, están los dioses, nuestras facilidades psíquicas e intuitivas, está la salida del espacio tiempo y la salida también del matrix como dicen algunos. Y después de la trascendencia, volvemos a nuestros trajes, bastante desagradables en comparación con la experiencia cumbre, claro.

Vuelta al trabajo de soltar las imágenes. Y así vivimos, contracción y expansión, apertura y cierre. Es fundamental el equilibrio cielo-tierra.

Entender que podemos abrirnos a los dos para poder ir integrando la trascendencia en nuestra linea temporal finita desde la materia.

Por eso, insisto mucho en la importancia de un trabajo personal profundo, no puentear nuestras heridas desde los analgésicos espirituales, sino utilizar ese impulso de energía para seguir trabajando lo humano.

Trabajar lo que toca, cuando toca.

Es un acto valiente renunciar a las imágenes que hemos creado, la nuestra y las de los demás.

Jon Landeta

Jon Landeta