Así es la realidad, compleja, interconectada, multidimensional, atemporal y al mismo tiempo la percibimos como limitada y finita.
¡Si supiéramos todo lo que estamos haciendo en la Tierra, y el servicio que ofrecemos a la propia Vida!
Llevando nuestra vida, incluso desde lo más cotidiano, la energía que generamos para seguir evolucionado como una unidad que se observa a sí misma desde infinitas perspectivas.
Pero sin duda, la percepción desde los 5 sentidos es una limitación. Como mirar la amplitud de la vida desde una pequeña mirilla, una mente estrecha.
La realidad espiritual, el mundo invisible, cuántico, más allá de la ilusión de los 5 sentidos es infinitamente más amplio que lo que podemos ver y tocar en esta dimensión.
¡Y sin embargo, estamos tan conectados a él en todo momento!
Me temo que el no verlo forma parte del contrato, para poder seguir en lo cotidiano, en las pequeñas y grandes cosas de nuestra vida, y así continuar con nuestro servicio/aprendizaje.